Genero un espacio de silencio.
Voy hacia mi interior y dejo que mis pensamientos se
vayan concentrando en la experiencia de paz.
Por unos momentos, pienso en todas aquellas cosas que me
afectan y que tienen una influencia negativa sobre mí: las personas, las
situaciones, todo lo que me impide lograr un estado de libertad interior.
A mí alrededor visualizo un círculo luminoso donde hay un
gran poder del silencio. Nada puede llevarse mi positividad, mi paz interior,
mi fortaleza y mi sabiduría.
Puedo ser libre para pensar y sentir lo que elija.
No estoy a merced de nadie.
Me imagino ahora caminando por un sendero en el campo que
me conduce hacia un bosque, puedo ver los árboles altos, los helechos sobre el
suelo, con todos los matices del verde.
Siento la atmósfera tranquila a mi alrededor. Cuando
levanto la vista, veo los rayos del sol brillando a través de los árboles.
Siento su calor penetrante.
Me permito ser reenergizado.
Y entonces aprovecho el arte del silencio. Me detengo y
observo el espacio entre mis pensamientos. Voy hacia ese espacio con mi
conciencia y empieza a expandirse.