Atracos, agresiones, amenazas, intimidaciones… Trabajar no siempre es fácil y, si se hace de noche, la oscuridad parece impregnar, a veces, las conductas de las personas. En esta entrega de ‘Crimen y castigo’ trabajadores nocturnos nos cuentan sus experiencias más duras.
Empezamos escuchando a Paco, un taxista de Alicante que lleva treinta años en el oficio. El 28 de diciembre de 1991 es una fecha que no olvidará jamás. En esas fechas era joven e inexperto, y trabajaba de noche. Recogió a un cliente bien vestido, que no le despertaba ningún tipo de sospecha. Pero, como dice el tópico, las apariencias engañan.
En un momento determinado de la carrera, el cliente sacó un cuchillo jamonero y le exigió todo el dinero que llevaba encima. El delincuente salió del vehículo y se fue alejando a paso ligero pero sin correr. “Te quedas paralizado, impotente, sin saber qué hacer. En ese momento pensé en pasarle el coche por encima, porque me daba tiempo”, admite Paco. Sin embargo, ...