Cada vez más venezolanos optan por esta vía para abandonar su país, sumido en una profunda crisis económica, política y social. Situación que se traduce en escasez de alimentos y medicinas, inflación de tres dígitos, desempleo y una prolongada recesión. Los ciudadanos pagan por transportarse a Curazao en pequeñas embarcaciones que no están adecuadas para un viaje de 60 kilómetros entre la costa venezolana y la isla neerlandesa. Pero el trayecto puede ser trágico: al menos 150 migrantes han desaparecido en su ruta hacia Curazao e islas vecinas.