Fahrenheit transcurre en una sociedad cuya tecnología no es tan diferente de la nuestra: trenes suburbanos llenos de publicidad que repican en el inconsciente, grandes pantallas en las cuales podemos interactuar con nuestros actores y actrices favoritas, vehículos muy veloces, drones, altos índices de consumo de alcohol y drogas para ocultar lo que no entendemos de la vida, sabuesos mecánicos que nos recuerdan episodios de Black Mirror. En este mundo vertiginoso, en desconocido estado de guerra y en búsqueda de la entretención a toda costa, aparecen los bomberos, una especie de policía de investigaciones dedicada buscar libros y quemarlos. Uno de ellos es Montag, el protagonista de la novela. Un bombero que quiere hacer bien su trabajo, pero que se siente a disgusto con la vida que le ha tocado.