En EgunOn Bizkaia, Elena Ayarza ha explicado que la Oficina de la Infancia y la Adolescencia del Ararteko ha cumplido 15 años y ha recordado que su labor se ha organizado en tres líneas: recoger vulneraciones de derechos (quejas y reclamaciones), promover los derechos de niños, niñas y adolescentes y dar voz a la infancia a través del Consejo de Participación. Ayarza ha subrayado que no es habitual que los menores acudan por iniciativa propia y ha señalado que el equipo se ha acercado a recursos residenciales y entidades socioeducativas para escucharles.
“Damos voz directa a los y las adolescentes”
La responsable ha detallado que el Consejo de Participación ha permitido que los y las adolescentes hayan trasladado su visión sobre asuntos que les afectan. Ha insistido en que preguntarles y devolverles resultados se ha mostrado imprescindible: la participación significativa, ha dicho, exige información veraz previa y rendición de cuentas posterior sobre qué se ha hecho con sus aportaciones.
Datos que cambian la mirada
Ayarza ha remarcado la importancia de contar con datos desagregados para orientar la respuesta pública. Ha citado como ejemplo un dato reciente: el 40% de las víctimas de agresión sexual atendidas son niñas y adolescentes, y ha añadido que también niños se han visto afectados. Con esa información, ha explicado, se ha podido adaptar la intervención y evitar revictimizaciones.
Coordinación frente al abuso sexual infantil
La entrevistada ha relatado que la Oficina ha impulsado un proceso de diálogo interinstitucional con agentes sanitarios, educativos, judiciales, policiales y sociales para establecer pautas de prevención e intervención en casos de abuso o explotación sexual infantil. Ese trabajo, ha señalado, ha favorecido la creación de servicios y ha mejorado la coordinación para que las víctimas no sufran nuevos daños a lo largo del circuito de atención.
Menores migrantes: protección por delante de cualquier otra condición
A lo largo de estos años, Ayarza ha destacado que la atención a los menores migrantes no acompañados se ha mantenido como constante. Ha recalcado que la protección especial por ser menores ha prevalecido sobre cualquier otra circunstancia y ha indicado que, aunque los recursos se han tensionado en algunos momentos, la obligación institucional se ha mantenido y la Oficina ha emitido recordatorios de mejora cuando ha sido necesario.
“Hemos visto a las instituciones incorporar la perspectiva de infancia”
Sobre el diálogo con las administraciones, Ayarza ha afirmado que, en estos 15 años, la perspectiva de derechos de la infancia ha ganado espacio en la agenda pública y política de Euskadi. Ha observado más foros municipales de participación infantil y ha pedido reforzar la devolución a los y las menores para que sepan qué impacto han tenido sus propuestas.
Finalmente, Ayarza ha defendido que los espacios de participación funcionan como escuela de ciudadanía: se practica la escucha respetuosa, se valoran todas las opiniones y se construye en común. Ha recordado que los niños y niñas de hoy son la sociedad del futuro y que hacerlo bien en coordinación entre ámbitos sociosanitarios, socioeducativos y sociohabitacionales cuesta lo mismo que hacerlo mal, con un impacto mucho mayor en sus vidas.