El presidente en funciones ha regresado, tras estos días que ha sufrido la covid, con el mismo tono de desprecio y arrogancia hacia la oposición que lo hace tan antipático para muchos españoles. Podría haber reflexionado y cambiado su actitud, me refiero a las formas y no al fondo, pero no lo ha hecho. No entiendo en qué se fundamenta esta actitud que le conduce a sentirse superior a Feijóo. He conocido a todos los presidentes del Gobierno y ninguno se comportó de esta forma. Los debates eran duros e incluso muchas veces crispados, pero Suárez y Calvo-Sotelo fueron educados con Felipe que, cuando llegó al Gobierno, hizo lo mismo con Fraga, Hernández Mancha o Aznar. Este fue muy duro con el «váyase, señor González». El giro se produce con Sánchez frente a Casado y ahora Feijóo. La presidencia del Gobierno no otorga ninguna superioridad moral. Mi visión es diametralmente opuesta, porque debería actuar con mayor empatía.