Tras la cumbre del G7 el pasado fin de semana en Biarritz, arranca un nuevo curso político en Francia con el liderazgo de Emmanuel Macron reforzado. El presidente se juega mucho en este curso y habrá que ver si ha aprendido las lecciones de la crisis de los chalecos amarillos que marcaron el curso pasado y que lastraron su popularidad. Pasó de ser el abanderado de la causa europea en medio del auge populista a intentar salvarse a sí mismo por la grave crisis interna. Ahora la pregunta es si el nuevo impulso que ha tomado Macron tras el G7 va a tener un reflejo dentro de Francia.