En 2005, Pauline Aubry tiene 24 años y tras un desengaño amoroso decide hacer las maletas y viajar desde París hasta Buenos Aires en busca de las huellas de sus ancestros. Sus bisabuelos, una española y un francés, se conocieron en un barco rumbo a Argentina en 1904. Llega con una camiseta del Che Guevara, espíritu aventurero y la firme convicción de que encontrará a su príncipe azul. Lo cuenta en clave de humor en la novela gráfica ‘Los descendientes o la llamada de la Pampa’, que acaba de publicarse en español en la editorial Tren en Movimiento.