En el Evangelio de Lucas, capítulo 6, versículos del 27 al 38, Jesús habla a sus discípulos y no lo hace con medias tintas. Les exige amar a los enemigos, hacer el bien a quienes odian, bendecir a los que maldicen y orar por quienes calumnian. Es un mensaje duro, porque va en contra de la costumbre de responder con odio, desprecio o indiferencia. No es un ideal abstracto, es un estilo de vida que rompe con la manera común de relacionarnos.