Todas atravesamos momentos difíciles: problemas familiares, enfermedades, traiciones, escasez, cansancio, soledad... Y en medio de esas tormentas, es fácil preguntarse: ¿Dónde está Dios? ¿Por qué me está pasando esto a mí?
Pero quiero recordarte algo que cambiará tu manera de enfrentar las pruebas:
Dios no te abandona en la dificultad, Él camina contigo dentro de ella.