El 28 de abril de 2005 Miguel Ángel Martínez, getxotarra de 45 años, partió en tren con casi 11.000 euros en la cartilla del banco y un deseo en la cabeza: recorrer Europa sin prisas. Nunca más volvió. Su cuerpo apareció en un fiordo de Suecia. Para conocer más acerca de la situación del caso, en Radio Popular-Herri Irratia hablamos con su hermana Blanca Martínez. "Cuando fue repatriado a Londres para enterrarlo, como era su deseo, las autoridades inglesas dijeron que le faltaba el corazón, el hígado, el páncreas y varios órganos", señala Blanca.
17 años después, aún no se ha resuelto este caso tan estremecedor. Desde su marcha, su familia no volvió a saber de él hasta el 29 de septiembre de ese mismo año, fecha en la que recibió una llamada de una comisaría de Bilbao en la que se les comunicaban que Miguel Ángel había aparecido flotando muerto en avanzado estado de putrefacción junto a la orilla del fiordo de Lidingö, un barrio en la periferia de Estocolmo. La policía sueca atribuyó la muerte a un suicidio y, un año y medio después, se remitió a la familia la autopsia donde se aseguraba que murió por ahogamiento. El cuerpo fue trasladado hasta Londres, donde el joven había vivido y quería ser enterrado, y el examen post mortem que le realizaron entonces reveló que había sido mutilado, sin corazón ni hígado.
Blanca subraya: "Quiero saber qué ha ocurrido con mi hermano y su corazón, páncreas... Lo que está clarísimo es que el cadáver vino sin esos órganos y la policía mintió. Nadie ha investigado dónde están los órganos de mi hermano". Sobre ello, han hecho un documental en Discovery Plus, que próximamente se estrenará en España.