Eduardo Sartelli, en su columna semanal en Código de Barras, habló sobre la política que está llevando adelante el gobierno argentino, y de la expulsión de Ginés González García a partir del escándalo del “vacunatorio VIP”. El ex Ministro de Salud de la Nación no sólo llenó el Ministerio de gente de su fundación, y vacunó a determinadas personalidades que estaban fuera de lo que establecía el protocolo, sino que se la ha pasado diciendo barbaridades y mentiras como que “a nosotros el Coronavirus no nos afecta” o que “para enero y febrero vamos a contar con 10 millones de vacunados”.
En la primera columna del año expusimos que lo que va a decidir la suerte del gobierno es el desarrollo de dos elementos: la economía y la vacunación. El primero no está marchando bien, sobre todo porque estamos ante un acelere del proceso inflacionario. Si bien hay una breve reactivación económica, se debe a que hay un empuje después del retroceso que vivimos producto de la cuarentena. En relación al segundo elemento, se esperaba que fuera una nueva oportunidad. Al principio, el gobierno tuvo el acierto de comenzar de forma temprana la cuarentena, lo que posicionó bien a Alberto Fernández en las encuestas. Pero, de a poco, fue evidente que no se estaba preparando al país para lo que vendría, y la realidad se hizo presente. Vimos un confinamiento muy mal manejado que se agotó en julio. Pese a esto, tenían la oportunidad de la vacuna, de ofrecerle a la gente una solución, como lo están haciendo ahora en Israel. Esto hubiera catapultado nuevamente a Alberto en las encuestas. Sin embargo, el gobierno perdió su oportunidad, por inútiles y ladrones. En este sentido, la corrupción es también lo que acabamos de ver con el “vacunatorio VIP”: el privilegio. Mientras Brasil vacuna a 250 mil personas por día y Chile a 138 mil, la Argentina apenas llega a 15 mil. Esta gestión es la responsable de cada muerte que se está produciendo, no sólo por la falta de vacunación, sino también porque ordena reabrir espacios que en otros países se considera una locura hacerlo: las escuelas.
Tras todo el escándalo de la vacunación, lo que se observa es una guerra política que empieza a tomar ya un carácter mucho más agudo del que tenía. En el fondo, esto es una maniobra para sacar a Ginés y poner en el Ministerio a gente de Cristina Fernández. El asunto, entonces, era hacer saltar a Gines. Lo que vemos es la continuidad de la lógica de que la Vicepresidenta gobierna, pero “sin hacerlo”. Esa forma de regir es la que la llevó a la famosa carta en la que expresaba que en el país había ministros que funcionaban y otros que no. Claramente, Ginés era uno de estos últimos, porque no estaba sabiendo aprovechar la oportunidad de la vacunación. En conclusión, estamos asistiendo a la apertura de una grieta en el seno de la propia coalición gobernante, que pone en marcha el plan “Cristina vuelve a la presidencia”.