Los músicos de jazz solían decir que “hay muchas manzanas en el árbol, pero si coges Nueva York, estarás cogiendo la Gran Manzana”. Es de ahí de donde viene el curioso apodo que se le otorgó a la ciudad por excelencia. Una monstruosa urbe que ha inspirado y provocado a millones de artistas y que se ha visto humanizada dentro de las obras de éstos durante todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI. Hoy analizaremos una de esas obras de la mano de un músico irrepetible, Al Kooper. Una leyenda viva, tan polifacética y recomendable como injustamente olvidada.

Listado de canciones:

1-New York City (You´re a Woman)

2-John The Babtist

3-Can you hear it now (500 miles)

4-The Ballad of the Hard Rock Kid

5-Going Quietly Mad

6-Medley: Oo Wee Baby, I Love You/Love Is A Man’s Best Friend

7-Back on My Feet

8-Come Down in Time

9-Dearest Darling

10-The Warning (Someone’s on the Cross Again)

A la hora de tocar la batería aflora nuestra verdadera personalidad: respetuosos, impulsivos, técnicos, agresivos, livianos, despreocupados, obsesivos, atentos, sexuales, vanidosos, retraídos, mecánicos…, todo esto independientemente de lo bien o mal que usemos una técnica aplicada al instrumento.

Por lo general, el gran público se impresiona con lo que yo llamo “baterías de terrario”; seres dotados de enormes virtudes para la percusión y espectaculares, podría decirse que fenómenos. Muchos son los ejemplos de este tipo de batería vigoréxico, en cambio, existen otros que son capaces de decir mucho más con menos.

Listado de canciones:

1-Bernard Purdie-Caravan

2-Bernie Purdie & Al Kooper-You Never Know Who Your Friends Are

3-Robbie McIntoch & Average White Band-Put It Where You Want It

4-Ringo Starr & The Beatles-Come Toghether

5-Ringo Starr & The Beatles-Tomorrow Never Knows

6-Steve Gadd & Steely Dan-Aja

7-Steve Gadd & Paul Simon-50 Ways To Leave Your Lover

8-Neil Peart & Rush-YYZ

9-Roger Taylor & Queen-Somebody To Love

10-Stewart Coppeland & Police-Syncronicity II

12-Tommy Ramone & The Ramones-The KKK Took My Baby Away

13-Jaki Liabezeit & Can-I´m So Green

El estreno de la película «Whiplash» ha sido celebrado no sólo por la Academia de Hollywood, que le ha otorgado cinco nominaciones a los Oscar, sino por todos los amantes de la batería en general, que se han visto reflejados en el duro proceso de aprendizaje del protagonista, fan de Max Roach, Art Blakey y de otras leyendas de la baqueta como Gene Krupa o Buddy Rich.

La batería siempre ha sido un instrumento soñado por todos; pero ciertamente inaccesible debido a su estruendosa sonoridad, su complejidad de afinación y la cierta predisposición natural que se debe tener para trascenderla del mero acompañamiento.

No voy a entrar en el eterno debate de qué o cuál instrumento es mejor que otro porque, para mí, lo mejor es al menos manosearnos todos a lo largo de la vida para tratar de llegar el cenit de la expresividad personal; pero sí os diré que, en una banda, el 80% de la impronta del grupo viene dada por la sección rítmica. Si esta es mala, el grupo se tendrá que apoyar más en el mérito de sus composiciones pero si es buena, se convertirá en algo irresistible.

Para celebrar la vuelta de Más Allá de Orión, tendremos un programa reflexivo. ¿Es ser original, volver al origen? Y si esto es así… ¿qué es realmente un derecho de autor?

Un derecho de autor es un derecho fundamental protegido por la declaración universal de derechos humanos de 1948. Una protección legal, patrimonial y moral, que se da al creador de una obra artística por el mero hecho de publicarla o incluso siendo esta inédita.

En la antigüedad, a quién infringiera la autoría de una obra, se le obligaba a confesar públicamente el agravio, regalándole además una buena pasada de azotes para que no se le ocurriera volver a hacerlo. Por suerte, y aunque no demasiado, hemos avanzado algo en esto durante el transcurso de la historia.

Hoy en Más Allá de Orión bucearemos en este laberíntico mundo desde una perspectiva diferente; la leyenda de los tres ritmos más copiados de historia de la música.

Comencé el 22 de septiembre esta temporada de más allá de orión en radio san vicente con uno de mis iconos musicales, Kevin Ayers, cuya música ha formado parte de mi vida y filosofía durante largo tiempo. Hoy, 12 de junio, voy a terminarla con otro, Gregg Allman, un músico, que al igual que Kevin, me ha enseñado a amar la música y a respetar este arte de creación artística como un baluarte de espiritualidad, pasión y delirio personal.

Las similitudes entre ambos músicos son muchas. Los dos rindieron a sus pies a enormes instrumentistas, los dos hicieron de la simplicidad su seña de identidad y los dos narraron en sus canciones las verdades del común de los mortales como cronistas “gonzo” del alma humana.

Hoy despediré esta temporada con la vida y la obra de uno de los músicos más emocionales y creativos que los tiempos han tenido a bien otorgarnos.

El verdadero jinete nocturno del que el propio Allman hablaba en sus canciones:

Debo seguir corriendo para mantenerme escondido

Estoy condenado a seguir caminando

La ropa que llevo ni siquiera me pertenece y esta carretera va a continuar para siempre

Pero aún me queda un dólar de plata más y no voy a dejar que me atrapen…

Nunca atraparan al jinete de medianoche

Se acaba la temporada de Más Allá de Orión, tan sólo dos programas más para iniciar ese merecido asueto veraniego que tanto nos estimula a los seres humanos, sobretodo a los más sencillicos como yo. Este será el último especial UALA que haga por el momento, así que he decidido poner un brochecito de oro a esta última edición con los dos discos que tuve oportunidad de criticar el pasado mes de Mayo.

En primer lugar escucharemos a la banda americana Spoon y su último disco Hot Thoughts; una auténtica gozada para comenzar el tan deseado movimiento pélvico-festival-estival, que está ya a la vuelta de la esquina. Como segundo plato y postre tendremos a un fabuloso compositor valenciano cuya implacable carrera comienza a coger los mimbres de esas profecías autocumplidas que llenan de orgullo a la gente con buen gusto. Ramirez Exposure y Young is the new old.

La sorprendente y prematura muerte del líder de Soundgarden, Chris Cornell, ha reabierto el viejo fantasma del suicidio en el mundo del rock and roll. Un arte, lamentablemente, atestado de terribles ejemplos por este desolador acto. Infame, para quienes no comprendemos los motivos últimos que empujan a un ser humano a desear la evasión definitiva y, sin embargo, tan propio de nuestra especie que es una mera anécdota para las demás con las que compartimos este azaroso mundo.

Hoy, en más allá de orión, repasaremos algunos de los casos de muerte prematura más trágicos dentro de esta bella disciplina artística que es la música.

Fausto era un individuo sumamente perceptivo y hábil, cualificado e inclinado al estudio. Lo hizo tan bien en sus exámenes que los rectores decidieron examinarlo también para el título de Magister. Había otros dieciséis candidatos, a todos los cuales demostró ser tan superior en discurso, composición y competencia, que fue inmediatamente concluido que había estudiado lo suficientemente y se le nombró Doctor en Teología. Para lo demás era un hombre estúpido, pueril y vano; a quien después de todo sus compañeros solían llamar ‘el especulador’. Se juntó con las peores compañías; por un tiempo durmió con las Sagradas Escrituras al otro lado de la puerta, y no reverenció la Palabra de Dios sino que vivió una vida grosera e impía, una vida de glotonería y lujuria. Ciertamente, el proverbio es verdadero: lo que está inclinado hacia el Diablo, irá al Diablo.

Hoy, queridos amigos, haremos una visita a Lucifer desde Más Allá de Orión porque, el Maligno, aunque es gran admirador de políticos y empresarios, siente una profunda debilidad por los músicos…

En 1977, un grupo de científicos dirigidos por el eminente profesor Carl Sagan, lanzó al espacio desde Cabo Cañaberal una sonda llamada Voyager. El aparato, a su vez, contenía un disco de oro donde estaría grabada cerca de hora y media de música proveniente de nuestro planeta, recogida bajo el simbólico título de: “los sonidos de la Tierra”. Además, el acetato incluía saludos en 55 idiomas, unas 115 imágenes del planeta y los seres que lo habitan, nuestras características sociales básicas y datos precisos para localizarnos dentro de nuestro sistema solar. El propio Carl Sagan se refirió al mensaje diciendo que se trataba de un pequeño puzzle que sólo una civilización inteligente podría descifrar para saber que deseamos un contacto intraespecies (tal vez por eso no mandaron junto a aquel disco un magnetofón donde poder escucharlo) Sin embargo, cuarenta años después, otro cosmólogo y divulgador llamado Stephen Hawkin nos advirtió de que de darse el encuentro con extraterrestres, estos, con toda probabilidad, serán hostiles y acabarán por destruirnos. Ahora que la sonda se encuentra cerca de Alfa Centauri (a unos 20 mil millones de km del sol) parece un poco tarde para arrepentirse…

Hoy comprobaremos si, al menos, lo que mandamos al abismo del espacio interestelar fue de calidad o no.

Científicos del King's College de Londres lograron recrear las condiciones inmediatamente seguidas al Big Bang a través del conocimiento adquirido dos años de estudios sobre la partícula de Higgs; y llegaron a la conclusión de que, posiblemente, el universo colapsó, hasta dejar de existir casi al instante de comenzar. Lo que plantea la idea de que todo lo que vemos no existe y sólo es el pasado de los astros reflejado a millones de años luz.

Tal vez no haya nada allí arriba. o tal vez, como sugería Isaac Asimov en sus libros, hayan cientos de planetas esperando a que el ser humano se expanda en un Imperio sin fin que estará, irremediablemente, condenado a repetir los mismos fallos una y otra vez; pero hasta que se aclaren estas dudas, desde la Tierra, es innegable la fascinación que en la música despierta ese vasto y desconocido Universo que es, después de todo, nuestro inquietante hogar.

Hoy lanzaremos al espacio algunas de las mejores odas terrícolas que se han compuesto en su honor.