No estamos acostumbrados a escuchar 👂🏼 de verdad. Ni siquiera cuando nos envían un audio📱 por whatsapp, porque estamos escuchando nuestros propios pensamientos 💭 y nos dejamos ir en ellos ⛵️ hasta que la historia que hemos “escuchado” se convierte en nuestra. Nos parece normal interrumpir al que habla, cuando lo que dice nos recuerda algo. El silencio nos regala momentos de introspección que también se nos hacen aburridos 🥱 o nos asustan 😱, así que nos embarcamos de nuevo en pensamientos que nos alejen de ese silencio 🤫. Nos asusta escuchar lo que hay en nuestra mente porque sabemos que no nos hablamos con amor ❤️. Nos metemos mucha caña y huyendo, no vamos a remediarlo. Podemos practicar la escucha atenta poco a poco, para pasar a escuchar 🎧 lo que nos decimos a nosotros. Proponte, antes de empezar una conversación con alguien, que vas a dejar que termine lo que dice sin interrumpirle. Incluso si sois más de dos en la conversación, deja que el otro interrumpa. Puede que no digas nada 😶al final, pero la propuesta es aprender a escuchar y, cuando la reunión haya terminado, te vas a dar más cuenta de lo que ha pasado que si te hubieras dejado llevar por la costumbre de hablar 🗣️ sin pensar antes. En la meditación de hoy, ¿qué tipo de pensamientos han surgido? ¿Has estado mucho rato en los pensamientos? ¿Qué adjetivo los calificaría: positivos, alegres, dispersos, abundantes …? Sin juicios. Déjate sentir porque todo tiene un por y un para qué. Todo está bien. 🙏🏼