Es una invitación profunda a la rendición consciente , al proceso de encarnar , y vivir la presencia , sin aferrarse al pasado ni controlar el futuro.
La respiración como símbolo de vida
El cuerpo como vehículo del espíritu y no como obstáculo
La obscuridad como aceptación de lo incómodo
La luz la oportunidad de aclararnos y el entendimiento que el futuro no está bajo nuestro dominio.