Ocho meses han transcurrido ya desde que Pablo González fuese arrestado en Polonia, en una zona cercana a la frontera con Ucrania, acusado de un delito de espionaje sin que se hayan mostrado pruebas de ello. En este tiempo, el reportero ha pasado por varias prisiones polacas y apenas ha podido contactar directamente con su familia o amigos. Precisamente esta semana, un centenar de periodistas y juristas se manifestaron en Madrid para exigir al Gobierno, a la UE y a Polonia que se respeten los derechos de Pablo González. Para conocer más acerca de la situación que está viviendo el periodista, hablamos con Oihana Goiriena, mujer de Pablo,

Este martes se llevaba a cabo una protesta en la que profesionales de la comunicación y abogados entregaron sendas cartas al Ministerio de Asuntos Exteriores y a la Unión Europea pidiendo que intercedan por Pablo González ante el Gobierno polaco, al que también han dirigido una misiva traducida solicitando que se respeten los derechos del periodista. "Buena noticia, muy satisfactoria para mí, porque vino por parte de profesionales de prestigio y tuvo una importante repercusión en los medios vascos y españoles. Es muy de agradecer", comenta Oihana sobre la manifestación.

Un juicio cuanto antes

Asimismo, Oihana asegura que "me duele, porque el Gobierno español dice que está haciendo labor diplomática, pero no vemos resultados. Está siendo demasiado discreta". Respecto a si ha podido llegar a pensar que Pablo fuera un espía realmente, afirma: "No, a veces entra la duda, pero luego sé que no porque lo conozco muy bien". la mujer del periodista asegura que al ministro de asuntos exteriores, Albares, le diría que "se reúna con su homólogo polaco para pedir que se pueda poner en contacto con la familia, hablen con los abogados y se celebre el juicio ya, cuanto antes".