¿Por qué los pensamientos de culpa se convierten en destructivos?

¿Qué podemos hacer para convertir un comportamiento que no aceptamos en algo productivo?

Cuando estemos en un ataque de culpa, ¿qué podemos pensar?

https://planilandiablog.wordpress.com/2020/04/25/culpa-tiene-derecho-a-guardar-silencio/

Cuando entramos en un estado depresivo lo hacemos porque comienzan a operar múltiples posibilidades de pensamientos distorsionados ante los acontecimientos que, por supuesto, son reales.

Si somos los dueños del pensamiento filtrado, también podemos ser los artífices del realista.

https://planilandiablog.wordpress.com/2020/05/09/cuando-la-tristeza-se-transforma-en-depresion/

Manipulación, desprecio, ira, violencia física… estas formas de expresión no suelen venir solas y enmascaran sufrimiento sin gestionar.

Merece la pena escucharnos en la violencia y escuchar al que la ejerce. Merece la pena descubrir la parte de atrás de todo acto violento.

https://planilandiablog.wordpress.com/2020/10/10/cuando-la-violencia-esconde-un-grito-de-socorro/

Siempre hay una luz que separa nuestro interior de todo lo demás. El auto-control es la clave.

Ante cualquier intento de manipulación puedes encontrar tal resquicio de luz para recuperar la templanza.

https://planilandiablog.wordpress.com/2018/02/02/cuando-el-refugio-interno-es-una-opcion/

La técnica de la piedra gris, responder en lugar de reaccionar

https://planilandiablog.wordpress.com/2020/02/10/el-uso-de-la-tecnica-de-la-piedra-gris/

El manipulador o narcisista, ni piensa como tú, ni siente como tú.

Tras la explosión del manipulador, la aparente calma no es real.

Su campaña de desacreditación en contra de la víctima: la mentira y el engaño.

https://planilandiablog.wordpress.com/2020/01/18/ni-piensa-como-tu-ni-siente-como-tu/

El desprecio, el despotismo y la ignorancia son otras formas de violencia. Aunque parezcan inocuas, son muy dañinas.

https://planilandiablog.wordpress.com/2019/10/05/ante-otras-formas-de-violencia-siempre-hay-caminos/

Es muy habitual que la rumiación logre convencernos de que el motivo de la vida del otro es causarnos molestias a diario. A menudo, nos aferramos a esta creencia y justificamos nuestros pensamientos que van en esa línea para darnos la razón sin parar.

¿Cuántas veces nos hemos sentido frustrados o enfadados por no actuar tal y como habíamos previsto? ¿Y cuántas veces no sabemos cómo actuar porque no hemos llegado a ver qué necesidad teníamos?

Son dos cuestiones diferentes.

Detectada una imposición vendida, la confianza para lograr sucesivos acuerdos queda deteriorada o quebrada definitivamente y esto va a constituir un gran hándicap en la relación y sus futuras controversias, conflictos, discusiones o simples debates.