La psicóloga Iratxe López ha compartido en EgunOn Bizkaia pautas para afrontar una separación, recordando que no existe una fórmula única y que el proceso funciona como un duelo en el que el dolor se tiene que sentir y atravesar.
López ha subrayado que la manera de afrontar una ruptura depende de cómo ha sido la relación previa y de las dinámicas establecidas. Ha insistido en que no sirve una respuesta que valga para todos los casos, especialmente cuando ha existido dependencia o ha habido maltrato.
“Todo duelo duele”, ha señalado la psicóloga, al explicar que el dolor no se evita ni se ha sobrepasa con atajos. Ha remarcado que la pérdida no sólo afecta a la persona, sino también a los planes y proyectos compartidos que han quedado pendientes o se han transformado.
Para que el proceso vaya bien, López defiende la importancia de escucharnos: “¿Cómo me siento? ¿Qué necesito ahora? ¿Qué me da seguridad?”. Ha advertido de un error frecuente: llenarnos de ruido (trabajo, planes, distracciones) para no parar y no sentir. Esa estrategia no ayuda y dificulta el duelo.
Durante el proceso aparecen altibajos: hay días de fortaleza y otros en los que volver con la expareja resulta tentador. Eso no significa un error, sino miedo disfrazado de nostalgia, ha explicado.
Para no idealizar lo vivido, López propone recordar lo que no ha funcionado. Pide hacer un esfuerzo consciente por traer a la memoria lo que ha molestado o ha sacado de quicio. Entre los gestos que ayudan a asimilar la pérdida, ha citado: devolver las cosas, retirar fotos del móvil y dejar de esperar el mensaje de buenos días. Todo ello es útil cuando nos sintamos preparados.
Con el tiempo llegan nuevas ilusiones, proyectos y personas; sin embargo, la psicóloga ha advertido de que iniciar etapas sin procesar el dolor no es buena idea, porque se construye sobre una base frágil.
El contacto cero ha generado debate profesional. López ha reconocido que, en su caso, ha resultado de ayuda porque ha permitido asumir antes la nueva realidad al sacar a la expareja del día a día. También ha puntualizado que no siempre ha sido posible ni ha encajado en todas las circunstancias.
Superar una ruptura requiere tiempo y no tiene atajos ni frases mágicas. Las claves que López resalta pasan por escucharnos, respetar los ritmos y no forzarnos a estar bien antes de estarlo.