El 6 de enero de 1897, el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Bernhard von Bülow, proclamó ante el parlamento de su país: "No queremos poner a nadie en la sombra, pero exigimos un lugar para nosotros bajo el sol".
Marcó el surgimiento de una campaña desvergonzadamente agresiva por parte de Alemania para adquirir un imperio en el extranjero que rivalizaría con los de los jugadores globales establecidos, particularmente Gran Bretaña y Francia.
En consecuencia, el imperialismo alemán, también conocido como Weltpolitik, se puso en marcha y se establecieron protectorados en el este de Asia y África. Cuando finalmente se produjo el tan esperado conflicto entre los rivales europeos en la forma de la Primera Guerra Mundial, esta idea sería puesta a prueba.