En este episodio, Lola Cortés baja del escenario para hablar desde lo más profundo de su corazón. Fuera de reflectores y con la sinceridad que siempre la ha caracterizado, confiesa el miedo que aún la acompaña desde que enfrentó el cáncer, miedo a morir.
Después de su salida de la Granja VIP, compartió con "La espuma de los días" cómo el éxito, la exigencia y la fama la llevaron a ignorar su salud mental hasta que su cuerpo y su mente le dijeron basta.
La “jueza de hierro” se muestra como nunca: una mujer que aprendió a detenerse, a pedir ayuda y a priorizar su bienestar por encima del espectáculo. En esta conversación íntima, Lola habla de sus hijos, del amor propio y del derecho a caer sin culpa. Porque, como ella misma dice, “saber cuándo parar también es una forma de valentía”.