“En general, la gente muere en accidentes de tránsito, muere sola en un campo o en una ruta, muere en la calle de un infarto, muere por la noche en la terapia intensiva, sin su familia, muere de un derrame cerebral o de un disparo, porque es víctima de un delito o lo está cometiendo. La imagen de la muerte en compañía de tus seres queridos es una situación que la pandemia ayudó a idealizar, como si morir fuese así y morir no es así”.
“Creo que los libros de terror son un ensayo que nos ayudan a enfrentar los miedos reales, pero pienso que ese ensayo no funciona, porque no evita que sintamos miedo aunque, quizás, si no existiera esa ficción del horror, el miedo sería totalmente insoportable e incompatible con nuestra vida”.
“…un autor no siempre sabe…lo que está haciendo. Hay un altísimo porcentaje donde te guía la fuerza de la creatividad…. Muchas veces, he escrito un personaje en tercera persona y no me gustaba, pero cuando lo pasaba a primera persona y lo hacía hablar, me daba cuenta que venía un cierto alivio de parte del personaje, porque se sacaba el corset y me decía: “Ves Mariana, tenía que hablar”.
“El trabajo literario es el más barato que existe. Te sentás vos solo con una computadora y si no la tenés y todavía te entendés la letra, que no es mi caso, con una birome y un papel es suficiente”.