Esta semana en nuestra sección de pruebas nos acompaña la cuarta generación del Citroën C3, que ya ha pasado de ser un compacto tradicional a ser un SUV en toda regla.
En lo referente al diseño, este nuevo vehículo es uno de los primeros de la marca Citroën en incorporar un nuevo lenguaje de diseño ya visto en el concept Oli de 2022, con unos faros delanteros cuya forma es muy particular, y también elementos con detalles curiosos.
En la parte lateral, los pasos de rueda también albergan algún que otro detalle curioso, y en general las formas son muy cúbicas con un corto voladizo trasero.
En la zaga, los pilotos traseros también cumplen en parte el mismo patrón que los faros delanteros, y también vemos algún que otro detalle curioso.
En lo referente a las dimensiones, la cuarta generación del C3 mide 4,01 metros de largo (medida muy similar a la anterior generación) por 1,75 metros de ancho por 1,58 metros de alto (donde más se ha incrementado), y una distancia entre ejes de 2,54 metros.
La capacidad mínima de maletero es de 310 litros, ampliables a alrededor de 1.150 (la marca no ha confirmado de momento el dato) si abatimos los asientos traseros. La superficie de carga es muy irregular, con un gran escalón que dificulta mucho el llevar objetos voluminosos, y otro escalón abundante cuando se abaten los asientos, y por consiguiente el fondo no es plano.
El interior también tiene elementos curiosos, como una particular posición de conducción y disposición del salpicadero que nos recuerda a una mezcla entre el i-Cockpit de Peugeot y el salpicadero de la primera generación del Citroën C4 (2004). Los asientos ofrecen un mullido blando, los plásticos duros invaden prácticamente el interior, dando lugar a alguna superficie acolchada muy puntual.
Las plazas traseras, si lo comparamos con la anterior generación, ganan especialmente en el espacio restante a la cabeza, aunque no está mal tampoco en espacio hacia las rodillas o los pies. La plaza central parece que prácticamente no importa, porque a pesar de que es muy similar y mullido, el túnel de transmisión y la poca anchura de este asiento hacen prácticamente imposible un cómodo viaje de tres pasajeros en la zona posterior.
En marcha por la ciudad, es un vehículo muy agraciado en el sentido de que es ligero y fácil de manejar.
Exigiéndole un poco más en carreteras de curvas, la carrocería tiende a moverse notablemente, y notamos una dirección muy asistida y poco informativa. Las reacciones son seguras.
El C3 sufre en autovía y autopista, donde a pesar de que el motor funciona bien en ese rango, no está muy bien insonorizado el vehículo haciendo notar algo de ruido aerodinámico.
No solo está disponible en variantes de gasolina sin microhibridar y microhibridadas (todas 1.2 PureTech de 100 CV), también está disponible una versión muy interesante, que es la Ë-C3, con 113 caballos de potencia de un solo motor ha asociado a una batería de 44 kWh. Las dimensiones en todas las cotas son las mismas, la única diferencia a parte de ser un vehículo más refinado, especialmente en ciudad, es una ligera variación en el espacio de las plazas traseras.
La versión más económica de este nuevo vehículo parte desde 15.240 euros en el poco recomendable nivel de acabado You. El eléctrico más asequible en la misma versión parte desde 22.590 euros.
A modo de conclusión, la cuarta generación del subcompacto francés, originalmente hecha para India e Hispanoamérica, ha llegado a Europa con una adaptación en muchos aspectos realmente convincente. Las versiones de gasolina son muy difíciles de recomendar si lo miramos desde el punto de vista de la fiabilidad a medio plazo, aunque el Ë-C3 es una muy buena opción como vehículo eléctrico urbano que nos permite muy puntualmente hacer algo de autopista.
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Capítulos
0:00 Intro
0:44 Estética y dimensiones Citroën C3
2:50 Maletero Citroën C3
3:33 Interior Citroën C3
5:08 Conducción Citroën C3
6:30 Citroën ë-c3
7:30 Precio Citroën C3
8:00 Conclusión