Un alma en Cristo https://unalmaencristo.my.canva.site/redessociales 🎧 Audio 137 📕 Libro II Un alma en Cristo 9 de mayo de 1992 𝕊𝕠𝕪 𝕦𝕟𝕒 𝕡𝕦𝕣𝕒 𝕢𝕦𝕖𝕛𝕒 Veo claro lo que será mi vida. No sé si le daré buen resultado al Señor. Las personas ven en mí cualidades que no tengo y se sorprenden cuando les decepciono diciéndome: «No esperaba eso de ti». Y yo pregunto a mi Señor: ¿Qué esperan de mí? No soy perfecta. Tú, Señor, sabes el trabajo que me cuesta ser un poco buena. Estoy llena de defectos. Son los demás los que se equivocan, viendo en mí virtudes que no tengo y luego me lo echan en cara. Aún me pregunto: ¿Qué viste en mí? ¿Por qué a mí? ¿Qué quieres de mí? Por si fuera poco, tú permites que el maligno me engañe, sabiendo que eso me duele tanto y me sumerge en una profunda soledad y desconfianza.
Pero tú, Padre, sigues y seguirás tirando de mí con fuerza porque yo no sé. Puedo decirte que no es por miedo a tu castigo, es por el Amor que arde en mí impidiéndome hacer mi voluntad. Esta sería simplemente quedarme en casa, no llevar grupo alguno, no tener que modificar mi carácter, ni escuchar que no doy la talla para tal misión. Como ves, Padre, soy una pura queja. Tú ves mi alma y te digo: ¿Qué quieres de mí? Tú ya ves cuán poco puedo darte. Amada mía, ¡cuántas preguntas y cuánto dolor hay en tus palabras y en tu corazón! Mírame en la Cruz. Yo también pedí al Padre que pasara este cáliz de amargura. Primero tu cruz será tu propia vida. Como tú bien dices, las gentes te verán diferente de cómo eres y mi pequeña sufrirá en su carne el desahogo de todos los que, sorprendidos, se sentirán engañados. Yo, hija mía, sufrí mucho por ese motivo. Siempre fui observado, juzgado y criticado. Sé lo que te espera y sé cómo actuarás. Por eso te digo: hija mía, entrégate a la Cruz, abrázala y di: «En Ti, y por Ti, Padre mío, me sacrifico». ¿Qué quiero de ti? Está claro: tu pobre alma. ¿Qué busco de ti? tu ayuda para salvar almas. ¿Qué espero de ti? tu amor ofrecido al Padre junto con el mío. Te preguntas por qué me dices que sí. Mírate por dentro. ¿Qué sientes? ¿Podrías decirme «no»? ¿Podrías negarme tu ayuda? Piensa que me ayudas a lo más grande: a la salvación de las almas. Piensa que tendrás el agradecimiento de las almas salvadas y el mío, por tu sacrificio. Mira que Yo soy el viñador que podo las cepas para que den más frutos. Cuando podo una cepa, ésta llora, pues del tronco cortado sale la sabia; pero luego, en los ramos buenos, salen más frutos y éstos son mejores.
Eso hago Yo con los que me siguen para que den más frutos, para que den gloria a Dios. Sé que sufres y mucho, pero mírame en la Cruz. Has hecho una pataleta de niña. Yo te he contemplado con amor y me he dicho: Pobre hija mía, cuánto le cuesta entender mi Ley, cuánto le cuesta entregarse, cuánto se quiere todavía a ella misma. Te he acariciado, atraído hacia Mí y amado. Yo estoy en ti. Yo vivo en ti. No podrás decir no a mis peticiones, a menos que tu Padre espiritual te lo diga. Sólo a él debes obedecer; él te guía. Hijo mío, mi amado, tú a quien he puesto para llevar el alma de mi amada. Has de vigilar. No dudes de mi Presencia en mi hija. Pero a veces me escondo y dejo que otros digan, para que tú, mi amado, vigiles y estés alerta. El mal no duerme y debemos estar prontos a la vigilancia. Sé que estás haciendo una gran labor con mi hija. Ella te necesita tanto… Tú no temas, Yo te daré luz para ver y oídos para oír. Haz siempre lo que creas mejor para mi hija y para su alma. Yo estoy contigo, hijo mío. Grupo María Auxiliadora (1992). Un alma en Cristo Libro II