Los vecinos y vecinas de Nazaret murmuran cuando saben del embarazo de María. José, su novio, primero se desespera, luego la recibe como esposa.
Abarrotada de peregrinos, Jerusalén esperaba con alegría la fiesta de la cosecha, ya próxima. Los once del grupo y las mujeres, reunidos por aquellos días en casa de Marcos, escuchábamos a María, la madre de Jesús, que iba sacando recuerdos de su memoria, como el que saca de su arcón cosas nuevas y antiguas.