Nada más sensible para la economía que movimientos, decisiones, entornos adversos e incertidumbre, ya que no existe una vacuna contra la volatilidad de un mundo conectado en el cual las amenazas, internas y externas, se tornan en realidades.
Hace pocas semanas, el primer Informe macroeconómico 2025 del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional Cinpe-UNA, hizo una revisión hacia la baja de las expectativas de crecimiento en Costa Rica, debido al anuncio del aumento en los aranceles. Días después el conflicto entre Israel e Irán, nos obliga a nuevas proyecciones.
Esto debido al papel que Estados Unidos, como actor geopolítico global tiene y que incide en nuestro país, al ser principal destino de exportaciones, de atracción de inversiones como del ingreso de turistas, todos factores con relación directa en la producción, empleo y materia fiscal.
Pero no solo eso estará incidiendo en la baja, ya que hay realidades de nuestra política monetaria interna, la caída del ingreso de turistas, la precariedad de sectores vinculados a la agricultura, silvicultura y pesca. Así como la disminución del consumo privado de las familias y de los sectores del régimen definitivo, donde se ubican las pequeñas y medianas empresas (pymes) que sostienen al 66% de la fuerza laboral.
Para poner en foco estas perspectivas conversaremos con dos economistas, el director del Cinpe-UNA, Marco Otoya y la académica de este mismo centro de investigación, Ivannia Bolaños.