¡Felices Pascuas de Resurrección!
Cada año, pasada la Semana Santa, se activa de modo significativo la gestión política del Congreso, puesto que los diputados entran en la fase final de negociaciones para la elección del Directorio Legislativo y todos los amarres que se derivan de ese juego político habitual de la democracia.
Lo que resalta a todas luces en el inicio de este cuarto ciclo parlamentario en puertas es la intención de Rodrigo Arias Sánchez por quedarse al mando del timón. Si lo lograra, solo se compararía con su compañero de partido Francisco Antonio Pacheco, quien lideró el Congreso 2006-2010 en los difíciles años de las negociaciones del TLC y su copiosa agenda complementaria. Justamente cuando Arias ejercía de Ministro de la Presidencia, cargo que ahora ni siquiera tiene ministro…
Pero Arias debe sortear obstáculos importantes. No solo tiene al frente las candidaturas de la socialcristiana Vanessa Castro y la neoconservadora Rosalía Brown. El presidente de la República se ha declarado su enemigo irreconciliable y, por tanto, la bancada oficialista hará lo propio en las negociaciones con sus ocho votos. ¿Y qué de las otras bancadas entonces? ¿Quiénes con más poder? Y las independientes, ¿qué papel jugarán como una fracción de facto? Lo analizamos mañana.
Lo que no parece advertirse como muy halagador es que, considerando las muy malas relaciones entre Legislativo y Ejecutivo en estos tres años, algo vaya a cambiar radicalmente en el último, aun cuando no fuera Arias el conductor del debate. Menos aún tratándose del año electoral.
Otro hecho relevante de las semanas venideras será el tercer informe de Rodrigo Chaves a la nación, el último que dará ante los actuales diputados.
¿Cambiará la tónica, el tono y la intensidad discursiva del informe? Estrictamente hablando no se sabe. Pero si asumimos al presidente fiel a su libreto y a su particular estilo, pocas novedades podrían esperarse.
Hacemos punteo y repaso de asuntos de agenda nacional con el politólogo, Gustavo Araya Martínez.