Créalo o no Costa Rica es el país más feliz de toda América y el sexto del mundo, de un total de 147 naciones, de acuerdo con el Reporte Mundial de la Felicidad del año 2025 dado a conocer la semana pasada.
Nuestra nación alcanza así la puntuación más alta de la última década, según los datos recopilados entre 2022 y 2024; justamente el periodo posterior a la pandemia, cuando en el mundo se activaron los procesos de restauración tras esa traumática experiencia global.
Las calificaciones del Índice de Felicidad Global se obtienen a partir de siete variables: la esperanza de vida, el nivel de la democracia, el producto interno bruto por habitante, el soporte social existente para enfrentar situaciones difíciles, la libertad para tomar decisiones, la percepción de la corrupción y la generosidad de las personas.
Claro “medir” la felicidad es un tema controvertido. Hay toda una discusión respecto de si es posible calcularla, ya que la felicidad es un estado de ánimo individual, un concepto por lo demás complejo que involucra emociones pasajeras como la alegría, el buen humor y otras vivencias que tienden a ser efímeras o transitorias.
Es cierto que la valoración científica de la felicidad tiene limitaciones, pero para establecerla se investiga su relación con factores más estables asociados al bienestar personal o de una población. Esto es lo que hacen precisamente el Centro de Investigación del Bienestar de la Universidad de Oxford, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y la empresa Gallup, que vinculan en el estudio a expertos en diferentes áreas del conocimiento.
Para profundizar en las razones y los factores que hacen que los ticos sigamos siendo felices conversaremos con Rodrigo Sánchez, Máster en neurofelicidad aplicada y con el sociólogo José Carlos Chinchilla.