"Estamos hablando de una persona de una envergadura enorme, tuvimos el privilegio de que sea argentino y como jefe de Estado no puedo dejar de asistir a un evento de semejantes características, en especial siendo que la Argentina es un pueblo católico"
Así habla el Presidente Javier Milei hoy. Atrás quedó aquel deplorable instante cuando -sin intención alguna de contener sus excesos dialécticos- se atrevió a decir de Francisco, el único Papa latinoamericano de la historia del catolicismo, que era "el hijo del demonio".
Muy fuerte, sí, pero inevitable de referir. Las palabras son dardos filosos que no se devuelven. Aunque el alma misericordiosa de Francisco lo acogió en febrero del año pasado cuando Milei, el anarcocapitalista libertario que gobierna Argentina, hizo su primer viaje al Vaticano para abrazarse y sonreír en fotos que quedarán para la historia con el Santo Padre de los pobres. Su coterráneo.
Por lo que reportan los medios del cono sur, no todos los argentinos están precisamente orgullosos, de que su mandatario haga parte de los dignatarios que participarán del ceremonial de despedida que verá el mundo el sábado. Sin embargo, cabría esperar que -aquellos albicelestes que estén en la Plaza de San Pedro, contengan sus atisbos de incomodidad al tener que verlo allí, compungido, representando a quienes sin duda se encuentran entre los dolientes más afligidos por la partida del Pontífice.
Tanta contención no hubo el lunes en la Basílica de San José de Flores en Buenos Aires tras una misa en honor al papa Francisco, su querido obispo Jorge Mario Bergoglio, cuando un grupo de asistentes al oficio, insultaron y hasta escupieron a la Vicepresidenta Victoria Villarruel. La confrontación manifiesta y acaso inevitable de la siempre convulsa política argentina.
El funeral de Pontífice pasará en unas horas. El luto dará su espacio a la continuidad de la vida. Y Milei, el aliado de Donald Trump, Víctor Orbán, Georgia Meloni, Elon Musk y Santiago Abascal, entre otros duros de la ultraderecha en boga, continuará su agenda. Después de todo, los números de la macro economía le hacen un guiño y refuerzan, por ahora, sus políticas.
Sobre los desafíos de esa democracia conversamos con Hugo Yasky, diputado de oposición y secretario general de la poderosa Central de Trabajadores de Argentina.