Corría enero del 2020. Las autoridades de la Organización Mundial de la Salud alertaban de una "posible amenaza" luego de descubrir un nuevo coronavirus que se le detectaba a una turista china en el aeropuerto de Tailandia.
En Wuhan, capital de la provincia china de Hubei (una metrópoli más grande que Nueva York o Londres, pero prácticamente desconocida para el resto del mundo) corría el pánico por una contagiosa "extraña neumonía".
Aunque acerca de los detalles del origen del coronavirus causante de la Covid-19 todavía persisten incógnitas, todos recordamos qué sucedió después de aquella "posible amenaza" que dio pie a la declaratoria de pandemia por parte de la OMS el 11 de marzo, cuando -por cierto- ya en Costa Rica habíamos confirmado nuestros tres primeros casos (con diferencia de horas entre los dos primeros y el tercero).
La primera pandemia causada por un coronavirus nos cambió la vida en los largos meses sucesivos hasta que el mundo logró alcanzar la "normalización" con las vacunas y llegó la fase de lo que comúnmente se denomina la "gripalización".
Lo cierto es que -al igual que lo advirtió el Premio Nobel de Literatura José Saramago en su "Ensayo sobre la Ceguera" poco aprendimos como humanos de aquel trauma terráqueo. Muchas de las políticas públicas sanitarias se ralentizaron, cuando no se abandonaron por completo, entre absurdas recriminaciones y no pocas teorías conspirativas.
Sin ir muy lejos, el sábado pasado John Ratcliffe, el nuevo director de la CIA dijo que ve «más probable» que la pandemia de covid-19 se originara por una fuga de un laboratorio chino que por causas naturales. ¿Y las pruebas?...
Y como ya sabemos Trump confirmó la salida de EE. UU. de la Organización Mundial de la Salud y estamos a la espera de saber si el Congreso avalará al reconocido antivacunas, Robert F. Kennedy Jr. como nuevo Secretario de Salud y de Servicios Humanos.
A cinco años de la pandemia conversamos con el epidemiólogo Juan José Romero.