Como sabemos bien, la inseguridad ciudadana y la desigualdad en el acceso a las oportunidades de una educación de calidad son dos de los grandes desafíos que debe encarar el país. Son al mismo tiempo determinantes para la calidad de vida de la población, primordiales para mejorar la competitividad nacional que está estancada, de acuerdo con el Índice de Competitividad Nacional 2024.
Elaborado por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC) el informe evidencia que únicamente 14 cantones lograron aumentar su competitividad en forma significativa, en tanto 33 presentaron reducciones.
Al diseccionar en materia educativa determina que la calidad del aprendizaje de una persona adulta desmejora cuando no se cumple desde la educación básica y la secundaria ni siquiera con la malla curricular completa, pues ello tiene un impacto directo en el desarrollo de habilidades y destrezas, en un entorno que obliga a nuevos conocimientos y capacidades. Por eso no es de extrañar que los cantones menos competitivos son aquellos en los cuales hay desigualdad en el acceso a las oportunidades educativas.
Otro tema de extrema urgencia es la atención integral de la inseguridad focalizando esfuerzos en zonas costeras, fronterizas y algunos cantones específicos de la Gran Área Metropolitana, en los que se superan los 100 homicidios por cada 100 mil habitantes. Una cifra escandalosa.
El estudio concluye que son los cantones del GAM y los costeros los que muestran la tendencia a mayor crecimiento de la inseguridad. Un 57% del total de delitos contabilizados en el año 2024 ocurrieron en el GAM y otro 25% en las costas.
Para perfilar con mayor profundidad la incidencia de estos temas estructurales conversaremos con el presidente del CPC, Alejandro Batalla y con el economista, Andrés Fernández.