En una escenificación de tres tiempos y cinco videos el presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles, presentó su tercer informe a la nación ante la Asamblea Legislativa.
Primer acto: “El preocupante pasado”.
Aquí acudió al ya habitual expediente de la captura de las instituciones por parte de las “élites” que las usaron para cometer actos de corrupción, también al archivo del abandono de acciones de los gobiernos anteriores, al descrédito de los poderes Legislativo y Judicial, de la Contraloría General de la República, de la Fiscalía General y al desprestigio de los partidos políticos.
Segundo acto: “El pujante presente por el que hemos trabajado muy duro y sin tregua”.
En esta parte se adjudicó obras públicas iniciadas y muy avanzadas por otras administraciones como la culminación de la Circunvalación Norte, el Hospital de Puntarenas, la Torre de la Esperanza del Hospital Nacional de Niños, la ruta 32, y obviamente, eso sí, la mejora de los datos macroeconómicos y los resultados fiscales, consecuencia de la reforma fiscal que el país enfrentó en el 2018.
Chaves presentó su valoración de una situación nacional en la que “la justicia social dejó de ser un discurso” y aseguró que “la calidad de vida de hoy era imposible de alcanzar” de modo que enmarcó lo que valoró como increíbles e históricos logros en, salud, educación, infraestructura, economía y hasta en seguridad ciudadana.
Tercer acto: “Quiero hablar del futuro de esta Patria”
Aquí aprovechó para afirmar nuevamente sus ya conocidas intenciones para alcanzar la continuidad de su proyecto político con al menos 38 diputados en la próxima administración. Según dijo, ya no se trata de rescatar las instituciones, que han fallado, sino de rescatar al pueblo que ayude a enmendar y corregir el rumbo del país, para acabar con una Fiscalía corrupta, una Contraloría obstruccionista y los otros dos poderes de la República “repudiados y responsables de una poderosa red de cuido”.
Para poner en perspectiva este informe conversamos con el politólogo, Sergio Araya.