Un Cónclave inédito en la historia está en marcha.
Miles de millones de personas creyentes y no creyentes, pero todas interesadas en un tema de incuestionable impacto social, político, religioso y cultural, tienen su mirada puesta en la noticia que emanará -más temprano que tarde- de la fumarola de la Capilla Sixtina.
Es el primer Cónclave con 133 cardenales electores muchos de los cuales se han llegado a conocer apenas en estos días. En el último habían participado 115 prelados.
Es también el Cónclave más internacional de la historia con cardenales procedentes de 70 países tan diversos y distantes de Roma como Haití, Mongolia, Birmania, Pakistán, Nueva Zelandia, Timor Oriental, Japón, Tonga, Burkina Faso, Papúa Nueva Guinea y Corea del Sur. Y aunque van y se representan en su condición personal, el Papa Francisco los nombró con el objetivo de incorporar a la Iglesia de Pedro, visiones de estas periferias del mundo.
Es, además, el primer Cónclave con más de 5000 periodistas acreditados, que pujan por información de un evento secretísimo.
De acuerdo con el servicio de prensa del Vaticano tras las reuniones previas del Colegio Cardenalicio completo conformado por 252 miembros “se esbozó el perfil de un papa pastor, maestro de humanidad, capaz de encarnar el rostro de una Iglesia samaritana, cercana a las necesidades y heridas de la humanidad”. Ese es entonces el cardenal buscado en estas horas cruciales.
Este jueves y los días siguientes -si fuera necesario- las fumatas serán después de las 4 am y 11 am, hora de Costa Rica. Como ya se sabe, el proceso continuará hasta que el elegido alcance al menos 89 votos, las dos terceras partes requeridas.
Para comprender el impacto global del nombramiento del nuevo sumo pontífice conversamos con Carlos Murillo Zamora relacionista internacional y director del Observatorio del Desarrollo UCR