En entrevista con el programa Cada Tarde, Armando Guzmán, jefe del Buró de TV Azteca en Washington, advirtió que el despliegue militar estadounidense en el Caribe abre interrogantes sobre si se busca un cambio de régimen en Venezuela, una negociación con Nicolás Maduro o simplemente un movimiento de presión.
“Yo llevo más de medio siglo en este país y no recuerdo a tantos altos funcionarios del gobierno hablando con la misma insistencia y el mismo libreto. Esa coordinación del discurso me preocupa”, señaló Guzmán.
El periodista subrayó tres preguntas centrales en este momento:
- ¿La operación militar tiene como objetivo sacar a Maduro del poder?
- ¿Se trata de una estrategia de presión para lograr la liberación de presos políticos y estadounidenses detenidos?
- ¿O es solo una forma de amedrentamiento para desestabilizar al régimen?
Un país colapsado económicamente
Guzmán describió la grave situación económica en Venezuela:
“El bolívar está a 140 por dólar, el salario mínimo es de 130 bolívares, menos de un dólar mensual. Maduro mantiene el control entregando 160 dólares a la gente cada mes, lo que les asegura fidelidad, aunque no haya trabajo. Es lo mismo que ocurre en México: si te lo quitan, no sabes si el que venga lo dará también, y por eso se aferran al que está en el poder”.
El factor militar y las recompensas
Consultado sobre la capacidad de las fuerzas en el Caribe, Guzmán fue categórico:
“Con 4.000 o 5.000 marinos no se puede invadir un país. Para una operación real necesitaríamos ver portaaviones y fuerza aérea. Con un solo portaaviones Estados Unidos es capaz de tomar un país, pero eso todavía no lo hemos visto”.
Además recordó que el Departamento de Justicia mantiene recompensas por figuras clave del chavismo:
“Por Padrino López hay 15 millones, por Diosdado Cabello 10. Eso genera tensión interna, porque cualquiera dentro del círculo de poder podría entregar a otro para salvarse”.
Una decisión en manos de Trump
Finalmente, Guzmán insistió en que solo una persona conoce el desenlace inmediato:
“El único que sabe qué hacer en este momento es el presidente Trump. Él decidirá si conviene entrar, negociar o aumentar la presión. Lo cierto es que estamos en cuenta regresiva y habrá que estar atentos, porque cualquier cosa puede ocurrir en las próximas semanas”.