Para el chef Alex Cabral Santana, el fuego es tranquilidad; porque el fuego nos calienta y nos mantiene abrigados, pero, también es supervivencia, pues gracias a él hemos evolucionado. Su cocina, misma que describe como “dinámica”, la sirve en Alba: cocina local, un pequeño restaurante en la colonia Juárez que nació en julio de 2015. En ella busca un contacto íntimo entre la cocina y los productores locales, donde se da prioridad a las elaboraciones caseras. El pan y las mermeladas siempre se hacen en casa, con atención al detalle. Fueron sus padres, Ana Bertha y Alejandro, quienes le inculcaron de forma inconsciente, quizá, el amor por la comida. “Mi mamá jamás compraba nada preparado y odiaba comer fuera, y por ello yo estoy obsesionado con hacerlo todo en mi cocina. Por otro lado, mi papá me enseñó a comer de todo y arriesgarme a probar cosas que a todos mis amigos les parecían raras”, dice. A los 21 años Alex se mudó a Canadá, donde surgió la oportunidad de estudiar en Le Cordon Bleu, en Ottawa. Posteriormente pasó por distintas cocinas en Francia y España, hasta volver a México, donde se sintió listo para iniciar su propio proyecto, que define como rebelde y tradicional a la vez, pues se mantiene apegado a las recetas de su infancia, sin dejar de experimentar con técnicas e ingredientes nuevos. Para él, el sabor ahumado del fuego transmite una identidad única a los alimentos, siempre y cuando se sepa manipular la llama para no estropearlos.