TU LA ROSA DE LOS VIENTOS
Cuando el amor insta solo por imponer
casi a la fuerza, la fuerza de su razón,
el desamor descompone al amor por desamor
no importándole por nada el motivo y la razón.
El desamor solo busca erguirse por egoísmo
destrozando si es preciso a lo que más idolatras,
te esclaviza, sodomiza, y no te deja salir por ninguna
de las puertas Por las que vieras la luz
y conseguir ser feliz.
Utiliza las mil tretas para hallar su fin en todo,
miente, actúa cual actor presto a engañarte si fuera
durante miles de años solo por hacerte ver
que es el dueño de lo suyo, y en lo suyo y propiedad
estas tú, tu soledad, tu dolor bien encerrado,
aislándote de los hados que te regala el amor
llevándote a las mazmorras,
consumiendo día a día, el corazón, tu sonrisa,
la belleza de tu rostro, lo terso que de tu piel tuvieras
alguna vez, el oro de tu cabello, esa mirada de niña,
y lo que mas se valora en el alma, la alegría.
Ciégate, es lo que quiere,
que te pierdas en los mares, que tires a barlovento la
guía que te corrija el rumbo a hacia ese aliento
donde encontraras el norte hacia la felicidad
y te señale el camino a la rosa de los vientos.
Ciégate, es lo que quiere
que te encuentres tan a oscuras,
como se encuentra su amor, que pagues a cada
instante el dolor que le causaste por dejar en otras
manos el amor que le robaste y entregaste a otro
amor.
Ciégate, es lo que quiere, que pagues a cada instante
malas miradas constantes que le servirán de apoyo,
entre reproches diarios, revisándote los sueños,
amargándote el bocado que te comas a escondidas
por recordar que hace años fuiste una Diosa de amor,
siéndote para el dolor en la puerta del infierno
donde llorar una vida, solo por haber llenado
de otro amor el corazón.
Cuando el amor es sincero, sacrifica lo primero por
amor, su propio amor.
Que a quien ames sea feliz esa la primera LEY,
sea sin el o sea sin mí, tu felicidad impera,
que tu seas la primera en gozar cada momento,
para después gozar yo de verte ya tan feliz,
que se nos abran los cielos y se cierren los infiernos,
por la vergüenza de ver, como el amor te trae un beso
cuando tu boca y la mía,
solo pronuncian TE QUIERO.
Chema Muñoz. ©