El miedo es una emoción inherente al ser humano. Por nuestro instinto de supervivencia nuestro cerebro siempre está buscando el peligro para protegernos.

Y el miedo es algo que nos paraliza. Por eso es importante conocer nuestros miedos, los nuestros en particular y los nuestros como seres humanos que somos.

Descubre en este episodio herramientas y técnicas para gestionar tus miedos y no quedarte paralizada sin hacer aquello que quieres hacer.

Nos es difícil imaginarnos a nosotras mismas en un futuro por la incertidumbre que tenemos. No sabemos cómo va a ser el mundo, cómo va a afectar esta situación a la economía, la salud, nuestro trabajo, nuestras relaciones, y nos cuesta vernos en ese contexto incierto.

Mi propuesta en este episodio es que te enfoques en aquello que sí sabes sobre tu yo futuro, en cómo quieres ser y comportarte independientemente de lo que ocurra, de lo externo. Y que empieces desde ya a crear aquello que quieres.

En esta situación muchos de nosotras estamos “pausando” nuestra vida y esperando a ver qué pasa, a que termine el confinamiento, para retomar aquello que queremos hacer y trabajar en crear la vida que queremos.

Mi propuesta es que no pauses tu vida, que te adaptes a la situación, a aquello que no puedes cambiar y que trabajes en todo lo que sí puedes, es decir en tu mundo interior. Y para ello que tomes decisiones y te marques objetivos para este trimestre del año.

En esta situación incierta puede que tu cerebro haya recuperado antiguos patrones de pensamiento y por tanto de comportamiento, como acudir a la cocina para distraerte cada vez que surge una emoción negativa. Para evitar así sentirla.

El tema es que en realidad, esta forma de distracción no va a evitar que la emoción continúe.

Es momento de fijarnos y observar nuestros pensamientos, para poder así gestionar nuestras emociones y nuestro comportamiento durante este confinamiento.

Estamos en una situación excepcional y se acrecientan las preocupaciones habituales. Se magnifican. Y si antes pensabas que no lo estabas haciendo del todo bien y que no llegabas a todo, puede que ahora tengas este pensamiento instalado en tu mente y apareciendo una y otra vez.

Que no lo estás haciendo del todo bien en esta situación.

Date cuenta, este es un juicio hacia ti misma. Date cuenta de lo que te estás contando sobre tu comportamiento en tiempos de coronavirus y cómo esto te está afectando.

La situación actual es la que es, y no tenemos control sobre las circunstancias externas. No aceptar esta situación nos lleva al malestar y a un gasto de energía tremendo que no nos van a aportar nada. Sin embargo, donde sí tenemos capacidad de control y de elección es en nuestros pensamientos y nuestras emociones sobre esa realidad, que al final es lo que van a determinar cómo vamos a vivir este momento.

Muchas veces no sentimos nuestras emociones, no las reconocemos y nos distraemos con cosas para no sentirlas. Pero la emoción no va a desaparecer por el hecho de que no la prestemos atención, de que no nos la reconozcamos. Permanecerá con nosotras hasta que consciente o inconscientemente la gestionemos.

Estamos ante una situación complicada y nueva para nuestra mente. Ahora más que nunca se hace necesario que gestionemos nuestro mundo interior, nuestros pensamientos y nuestras emociones, para afrontar la crisis del coronavirus con consciencia y responsabilidad.

Nos solemos dejar para el final. Creemos que tenemos que poner las necesidades y cuidado de otros por delante de las nuestras propias. Y esto es un grave error. Para dar y cuidar a otros necesitamos primero cuidarnos e invertir en nosotras. Se suele confundir esta idea con ser egoísta, pero cuidarse, desarrollarse y crecer no es egoísta, es todo lo contrario.

Lo que piensas sobre ti es lo que va a crear la vida que tienes. “Lo que crees creas”. Es muy común que confundamos nuestros pensamientos sobre nosotras con verdades por lo que es muy importante identificar que son opcionales, que podemos decidir dónde nos enfocamos cuando pensamos en nosotras mismas.

En este episodio vamos a conocer además la importancia del lenguaje con el que te hablas y la importancia de adoptar una actitud comprensiva y compasiva hacia nosotras.