Este podcast examina cómo, después de la Restauración Meiji en 1868, el gobierno japonés utilizó los grabados ukiyo-e para consolidar y popularizar la imagen del Emperador Meiji y su familia. Se destaca que, tras la Rebelión de Satsuma, fue crucial presentar al emperador no solo como una figura divina, sino como un líder visible y moderno. Los grabados ukiyo-e, tradicionales en temas como el teatro o las cortesanas, se adaptaron para servir como propaganda imperial, mostrando al emperador en eventos nacionales, su vida palaciega idealizada, y la modernización de Japón. Artistas como Toyohara Chikanobu fueron prominentes en este género, aunque el ukiyo-e eventualmente fue reemplazado por la fotografía. Estos grabados son vistos como un documento histórico y artístico que ilustra la construcción de la identidad nacional centrada en la figura imperial durante esta era de transformación.