La reciente fuga del líder de la Mocro Maffia marroquí en España destapa la impunidad del narcotráfico en el país. Esta organización delictiva, que controla el mercado de drogas en Países Bajos y tiene presencia en Bélgica, Suecia y la Costa del Sol española, fue objeto de una extensa investigación policial durante cinco años. La investigación reveló un intrincado entramado criminal con ramificaciones en Marruecos, República Dominicana, Países Bajos, Emiratos Árabes y España, que involucraba el blanqueo de dinero y la adquisición de activos por valor de más de 6 millones de euros.

El líder de esta red, apodado Taxi o Karim Bijarasha, era un destacado narcotraficante en la Costa del Sol y actuaba como enlace entre otros capos europeos y latinoamericanos. A pesar de haber sido detenido tras esta compleja investigación, una descoordinación judicial permitió su liberación bajo fianza el pasado marzo, a pesar de ser uno de los criminales más buscados en Países Bajos.

Sin embargo, la Audiencia Nacional, desconociendo su liberación, lo citó para tratar una solicitud de entrega enviada por Holanda, pero para entonces ya se había fugado y su paradero es desconocido. Se sospecha que podría haber escapado a Marruecos, su país natal, posiblemente utilizando las narcolanchas que cruzan el Estrecho de Gibraltar con relativa impunidad.

Esta fuga pone de relieve la facilidad con la que los narcotraficantes operan en España, especialmente en zonas como la Costa del Sol, donde la falta de recursos y la complicidad gubernamental con países como Marruecos facilitan sus actividades ilícitas.