A los 20 años la vida le dio una bofetada a Núria Chiva en forma de depresión a pesar de ser una persona muy activa y que cuidaba de todos a su alrededor.  Y es que cuando cuidamos a los demás, en muchas ocasiones, nos olvidamos de cuidarnos a nosotros mismos. Así que Núria empezó a mirarse a sí misma descubriendo el mundo del desarrollo personal.  Cuando acabó la carrera de Educación Social, consiguió una plaza en la Administración Pública, pero descubrió que ese no era su camino, y tuvo la valentía de renunciar para dedicarse a lo que realmente le gusta, su vocación.  Núria es una mujer que ha vivido en primera persona muchos giros profesionales y se ha reinventado, para convertirse en la profesional que es ahora. Afirma que para dar ese salto, primero hay que identificar qué se te da bien (tu don) y después saber aquello por lo que el mundo de pagaría.  ¡No te pierdas a Núria Chiva una persona agradecida que vive de su pasión!

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