Cuando nos pregunten acerca de nuestra fe en Jesucristo, debemos dar las razones de ello con tranquilidad, sin discutir. No debemos negar explicar nuestra fe a quien lo pregunte, para no caer en pecado de omisión. Pero, si alguien nos pregunta para burlarse de nosotros, Dios tenga piedad de él, porque no se burla de nosotros sino de Jesucristo.