La reacción de la izquierda política y mediática por la pérdida de los gobiernos autonómicos y municipales es asombrosa. Ahora resulta que los presidentes y los alcaldes socialistas habían hecho una magnífica gestión, pero los votantes han sido injustos, por no decir sin criterio, dándole la victoria al centro derecha. Me recuerda el niño o niña que acude a sus padres y les dice que ha suspendido, porque el profesor le tiene manía o no ha valorado bien su magnífico trabajo. El objetivo es restar cualquier mérito a los candidatos del PP y a Feijóo, así como negar el evidente cambio de ciclo. Al margen de los palmeros, la realidad es que, por ejemplo, la gestión que han realizado el mediocre Lambán, la nacionalista Armengol o el populista Puig, el político que conozco que más quiere a su hermano, ha sido mediocre.