Albert Boadella dio el 24 de noviembre de 2015 la conferencia "Diez razones de mi traición a la tribu", cuyo audio se trae aquí, organizada por 'Think Tank Civismo'. Dándole la vuelta al título, lo que haría Boadella, con su natural tino, sería desarrollar un decálogo de consejos para no sucumbir al nacionalismo catalán, previendo contra lo que consideraba -y considera- “una epidemia” de la que hay que protegerse, dada su base “profundamente antidemocrática”.
El dramaturgo enfatizó que el arte no sólo ha de tener una vertiente estética, sino también ética y, por ende, de “deber cívico”, en virtud del cual desarrolló los diez muy útiles mandamientos todos ellos fundamentados en la irracionalidad, las mentiras y el global adoctrinamiento programado durante las últimas décadas desde Barcelona.
A saber, para evitar la inducción paranoica, tal su decálogo sería el siguiente:
1º. No sucumbir a las agradables ficciones (empezando por el invento de una antigua Historia para acabar en el sueño de una independencia a modo de paraíso terrenal).
2º. Controlar las propias emociones frente a la imposición sentimental del nacionalismo (el nacionalismo impulsa y hasta legisla sobre sentimientos, es una clase de totalitarismo).
3º. Frente al “hecho diferencial” que cacarean los nacionalistas con su obsesivo contenido xenófobo de virtudes, tener muy en claro que los rasgos diferenciales existen en todos los pueblos, hayan caído o no en la trampa del nacionalismo. Tan diferencial es un astur, un andaluz como un catalán o un vasco.
4º. Rechazar la lengua catalana, como se ha usado por los políticos nacionalistas, en cuanto efectivo, arma militar. Sobre la importancia fundamental de la lengua como barrera para dividir a los españoles, óigase el audio siguiente.
5º. Huir cuando se habla de cultura catalana en cuanto el concepto de “cultura”, anclada en la lengua como enfatizará Bueno en el próximo audio, es un abstracto que puede identificarse con total flexibilidad con lo que a uno le interesa y está bastardeado por una economía dirigista de subvención.
6º. No polemizar nunca con nacionalistas (por su condición fanática, de suyo irracional).
7º. Protegerse de la contaminación (de los medios de adoctrinamiento nacionalista).
8º. Huir asiduamente, por lo menos cíclicamente, del territorio dominado por los nacionalistas (ver mundo es el gran bálsamo).
9º. Transferir los ahorros fuera del alcance nacionalista (hay que ser precavidos, “que no nos coja el toro”).
10º. Alegrarse cuando pierda el Barça (mientras esté al descarado servicio del nacionalcatalanismo).