A finales de los años 1970, la música disco, considerada demasiado convencional, estaba cada vez más descuidada. Para seguir electrificando las noches de los clubes del planeta, músicos de la escena gay de San Francisco crearon, en 1981, High Energy, una nueva forma de discoteca rodada con ritmos electrónicos y muy a menudo encarnada por intérpretes extraordinarios, la imagen de la drag queen Divine. , popularizado por las películas Pink Flamingo y Hairspray de John Waters. Destinado inicialmente a la comunidad LGBT, High Energy rápidamente conquistó una gran audiencia con una multitud de éxitos internacionales. Desde Frankie Goes hasta la sulfurosa Relax de Hollywood y This Time I Know It's Real, el último éxito de Donna Summer, este nuevo movimiento musical floreció durante una década en la que la comunidad homosexual fue golpeada por una enfermedad aún desconocida: el SIDA.

De San Francisco a Londres, pasando por Nueva York y Montreal, retrocede en su historia. mucha energía, un movimiento musical con ritmos febriles, sonidos sintéticos y criaturas exuberantes. Alimentada por imágenes de archivo, clips incandescentes y raros testimonios de productores, compositores e intérpretes de la época, una inmersión frenética en la cultura pop de los años ochenta, entre colores llamativos y culturistas bigotudos.