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En este mensaje, el pastor Danilo Montero, se destaca la importancia de la humildad como el principio más poderoso y valioso. Comprender, interiorizar y practicar la humildad nos permite establecer una conexión profunda con Dios y enriquecer nuestras relaciones personales. El pasaje bíblico de 1 Pedro 5:5-8 subraya la necesidad de vestirse con humildad en el trato con los demás, ya que Dios se opone a los orgullosos, pero concede gracia a los humildes.
La humildad se manifiesta en dos aspectos: hacia Dios y hacia los demás. Sobre Dios, la humildad implica reconocer que Él debe ser glorificado como Dios, y nosotros debemos asumir una postura de humildad al entender que somos nada sin Él. Sobre los demás, la humildad se refleja en cómo tratamos a los demás y en poner menos atención en nosotros mismos.
El pasaje de Lucas 18 presenta la historia del fariseo y el cobrador de impuestos en la oración. El fariseo representa el orgullo espiritual, al compararse con los demás y exaltarse ante Dios, desconectándose tanto de Él como de los demás. En contraste, el cobrador de impuestos se humilla ante Dios y reconoce su condición de pecador, siendo justificado delante de Dios.
Para vivir la humildad, es importante admirarla y desearla, observar la vida de aquellos que son humildes, actuar con humildad en nuestras interacciones diarias, estar abiertos a la crítica constructiva y dejar de enfocarnos en nosotros mismos. C.S. Lewis destaca que el primer paso hacia la humildad es darse cuenta de que uno es orgulloso.
En conclusión, la humildad es un principio poderoso que nos conecta con Dios y con los demás. Al practicarla, podemos experimentar una profunda transformación y vivir en plenitud.
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En este mensaje, el pastor Danilo Montero, se destaca la importancia de la humildad como el principio más poderoso y valioso. Comprender, interiorizar y practicar la humildad nos permite establecer una conexión profunda con Dios y enriquecer nuestras relaciones personales. El pasaje bíblico de 1 Pedro 5:5-8 subraya la necesidad de vestirse con humildad en el trato con los demás, ya que Dios se opone a los orgullosos, pero concede gracia a los humildes.
La humildad se manifiesta en dos aspectos: hacia Dios y hacia los demás. Sobre Dios, la humildad implica reconocer que Él debe ser glorificado como Dios, y nosotros debemos asumir una postura de humildad al entender que somos nada sin Él. Sobre los demás, la humildad se refleja en cómo tratamos a los demás y en poner menos atención en nosotros mismos.
El pasaje de Lucas 18 presenta la historia del fariseo y el cobrador de impuestos en la oración. El fariseo representa el orgullo espiritual, al compararse con los demás y exaltarse ante Dios, desconectándose tanto de Él como de los demás. En contraste, el cobrador de impuestos se humilla ante Dios y reconoce su condición de pecador, siendo justificado delante de Dios.
Para vivir la humildad, es importante admirarla y desearla, observar la vida de aquellos que son humildes, actuar con humildad en nuestras interacciones diarias, estar abiertos a la crítica constructiva y dejar de enfocarnos en nosotros mismos. C.S. Lewis destaca que el primer paso hacia la humildad es darse cuenta de que uno es orgulloso.
En conclusión, la humildad es un principio poderoso que nos conecta con Dios y con los demás. Al practicarla, podemos experimentar una profunda transformación y vivir en plenitud.
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