Hoy quiero hablarles de algo crucial: Dios tiene un encargo para ti. No estás aquí solo para tomar de la vida, sino para aportar con lo que eres y lo que tienes. Dios te creó con un propósito, y en el momento en que tienes un encuentro verdadero con Él, encuentras una misión que da significado a tu vida.
Miremos la historia de Moisés. Él pasó de ser un pastor anónimo a convertirse en el líder que Dios usó para liberar a Israel. Fue en la zarza ardiente donde Moisés tuvo un encuentro con Dios y redescubrió su lugar en el mundo. Sin embargo, al principio, Moisés dudó. Se enfrentó a dos grandes preguntas que hoy también debemos responder:
1. ¿Qué te impide?
Moisés tuvo que superar sus fracasos, su zona de confort y sus limitaciones. Tal vez tú también te preguntas si Dios tiene un plan para ti. **Déjame decirte que sí lo tiene.** No importa lo que hayas vivido, en Cristo tienes un nuevo comienzo, un nuevo espíritu y una nueva misión. Efesios 2:10 nos recuerda que somos la obra maestra de Dios, creados para buenas obras.
A veces pensamos que el llamado es solo para pastores o líderes, pero todos somos llamados al servicio cristiano. **Tu trabajo, tus talentos y tu vida misma son parte de ese llamado.** Recuerda que incluso las limitaciones de Moisés, como su dificultad para hablar, no detuvieron a Dios. Él proveyó soluciones y recursos.
2 ¿Qué tienes en tu mano?
Dios le preguntó a Moisés: *“¿Qué tienes en tu mano?”* Al principio era solo una vara de pastor, pero al final del relato, esa vara se convirtió en **la vara de Dios.** Lo que tú tienes en tus manos, sea tu historia, tus dones, tus recursos o tus habilidades, puede transformarse en algo poderoso cuando lo pones en las manos de Dios.
Evalúa tus talentos y recursos. Pregúntate: *¿Estoy usando esto solo para mí o quiero que sirva para algo eterno?* Servir a los demás es servir a Dios, y ese servicio es una señal clara de que has tenido un encuentro con Él.
Conclusión:
Un encuentro con Dios es un encuentro con tu destino. Vivir para Dios significa dar al mundo lo que Él te ha dado. Es encontrar propósito y plenitud al participar en Su obra. Así que pregúntate: *¿Qué te impide? ¿Qué tienes en tu mano?* Dios quiere usar tu vida para hacer una diferencia. Confía en Él y dale todo lo que eres. Tu misión empieza hoy.