Hace aproximadamente dos años, tuve una desagradable experiencia en la oficina de migración de los Estados Unidos, ubicada en el cruce Zaragoza de El Paso Texas.
Acudíamos a solicitar autorización para viajar a la Ciudad de Los Ángeles.
Durante más de tres horas nos tuvieron esperando, cuando iniciamos la fila habríamos ocho personas, después éramos más de cuarenta y no se había atendido a una sola, a pesar que veíamos que los agentes de migración, estaban platicando entre ellos o atendiendo cuestiones distintas, con una verdadera actitud de desprecio hacia quienes esperábamos.
Durante ese tiempo de espera, me dedique a escribir el poema que transcribo abajo y espero sea de su agrado.
Pd. Después de esas horas de espera, decidimos ir al cruce de Santa Teresa, que se encuentra a media hora del anterior y fuimos atendidos con cortesía por los agentes de esta otra oficina.