La industria aeronáutica no cesa en su empeño por evolucionar, y la tecnología de asistencia a los pilotos es un ejemplo de cómo la electrónica, comunicación e inteligencia artificial poco a poco van sustituyendo y automatizando tareas que hasta la fecha solamente podían hacer los humanos. Pero si en esta asistencia las máquinas empiezan a hacerlo mejor que los humanos, ¿podría ser que el siguiente paso fuera eliminar a los humanos de la ecuación? En su visión sobre el futuro de los aviones, el proyecto Dragonfly de Airbus es un ejemplo de cómo el debate sobre la paulatina erradicación de los pilotos no es ciencia ficción, es un debate abierto.