Durante más de dos décadas, el Concorde fue el símbolo del futuro: un avión capaz de cruzar el Atlántico en apenas tres horas y media, a más del doble de la velocidad del sonido. Pero ese futuro se esfumó. En 2003, el último vuelo supersónico de pasajeros aterrizó en Nueva York y, con él, se apagó una era de sueños, tecnología y ruido. Literalmente, ruido: el estampido sónico fue el gran enemigo del Concorde.¿Por qué desapareció el avión más avanzado de su tiempo? ¿Y cómo es posible que, veinte años después, el mundo vuelva a hablar de vuelos supersónicos? En este vídeo exploramos la historia y el renacimiento de una idea que se negó a morir. Desde los laboratorios de la NASA con el X-59 QueSST, hasta el Boom Overture y el misterioso proyecto C949 de China, los ingenieros vuelven a perseguir lo que parecía imposible: volar más rápido que el sonido… sin romperlo.