El Vaticano avanza en la preparación de la Capilla Sixtina para acoger el cónclave instalando las mesas y las estufas donde los cardenales quemarán sus votos con los que elegirán al sucesor del Papa Francisco. Jaime López de Eguilaz, Responsable Técnico de la Biblioteca Diocesana, recuerda el legado del Papa Francisco. Las bibliotecas de la Iglesia, oasis de paz.
Cónclave
En unas imágenes difundidas por el Vaticano el sábado 3 de mayo se observa cómo los operarios continúan con las instalaciones en el interior de la Capilla Sixtina, montando las estructuras para las mesas y las estufas, después de que los bomberos completaran este viernes la instalación de la chimenea que anunciará al nuevo Papa.
El cónclave comenzará el 7 de mayo y tras cada votación saldrá humo por la chimenea. Si no se ha elegido ningún Papa el humo será negro y si ya se ha escogido al sucesor de Francisco la fumata saldrá blanca.
Un total de 133 cardenales menores de 80 años participarán en este cónclave para elegir al 267º sucesor de Pedro. Según ha informado la Santa Sede, hay dos ausentes por motivos de salud, uno de ellos es el cardenal español Antonio Cañizares, según confirmaron a Europa Press fuentes del arzobispado de Valencia.
Igualmente, respecto al cónclave, la Santa Sede ha aclarado que habrá dos votaciones por la mañana y dos por la tarde (en total, cuatro), con fumatas al final de la mañana y de la tarde, a menos que la elección se produzca antes de lo previsto, en cuyo caso el proceso se adelantaría.
El proceso de elección del nuevo Papa comenzará el miércoles a las 10.00 horas con una misa y a las 16.30 horas los cardenales se reunirán en la Capilla Paulina para rezar antes de dirigirse a la Capilla Sixtina.
Tras esto, tendrán que prestar un juramento con el compromiso de cumplir el 'munus petrinum' si son elegidos, así como de guardar secreto sobre todos los detalles que rodean la elección del nuevo Papa y de rechazar cualquier influencia exterior.
Las bibliotecas de la Iglesia, oasis de paz
Jaime recuerda "el mensaje que el Papa Francisco nos dejó a los que trabajamos en las bibliotecas de la Iglesia en una intervención que tuvo en noviembre del 2024 con motivo de una reunión que hubo en la Biblioteca Apostólica Vaticana. Lanzó un mensaje muy bonito sobre cuál era la labor que los bibliotecarios, las bibliotecarias de la Iglesia debíamos cubrir y por ende, nuestras bibliotecas".
"Según el Papa las bibliotecas debían ser lugares de oasis de paz. Frente a un mundo en el que cada vez se levantan muros, cada vez hay más distancia entre unos y otros. Lo relacionó con uno de sus documentos "Fratelli Tutti", encíclica del Papa Francisco sobre la fraternidad y la amistad social".
"En el tema de la Hermandad Universal decía que las bibliotecas de la Iglesia deben ser depositarias de la Historia, del patrimonio bibliográfico. Lugares en los que se pusiese a disposición ese patrimonio, esos libros que tenemos para la investigación. Siempre con el objetivo de encontrar lugares de paz, lugares de encuentro, lugares de reflexión. Lugares que ayuden a derribar muros en vez de a levantarlos. Y sobre todo en esta realidad que estamos viviendo y que nos toca a todos de las fake news, intentar ser lugares en donde se apoye la investigación sin ningún tipo de cortapisa. Fe con libertad, fe con sentido ecuménico".
"El Papa llamaba la atención porque, aunque por definición sean oasis de paz, se han usado también muchas veces, en función de quién gobernaba en ciertos momentos, de qué intereses habían, por ejemplo, para limitar la investigación, para limitar el diálogo".
"La biblioteca diocesana cumple la función encomendada de biblioteca patrimonial, con la custodia, la conservación y la recogida de los fondos más históricos", concluye Jaime.