Para evitar engañarte cuando pases por pruebas, afirma por fe la bondad soberana de Dios.
Estamos constantemente tentados a revertir las verdades que encontramos en los versículos 13-18. En lugar de echarnos la culpa del mal a nosotros mismos, estamos tentados a culpar a Dios o a los demás: “¡Solo fui la víctima!”.